Con este título, no cabe otra que comenzar poniendo en contexto lo que yo en-tiendo por felicidad y lo que no…

Aunque es lo que se nos vende desde la psicología positiva y, debo reconocer que con mucho éxito, para mí la felicidad no es una emoción que debemos perseguir “distrayendo” nuestra mente con actividades varias.

Personalmente concibo la felicidad como un estado interior, no como una emo-ción, y esto abre la puerta a que, en realidad, la felicidad se puede convertir en un hábito programado en nuestro subconsciente.

No conozco a nadie que directamente afirme que no quiere ser feliz. Pero tampoco a alguien que haya hecho como yo, y haya adoptado la profesión de ser feliz.

La mayoría de personas afirman que quieren ser felices, y se pasan toda su vida esperando que las circunstancias les permitan serlo.

Imagina que sales a navegar en un velero y no marcas el rumbo ni defines el des-tino. Como es lógico, el velero irá al son de las corrientes y de los vientos que apa-rezcan, pudiendo llegar a destinos preciosos, o a lugares inhóspitos.

Nuestra vida transcurre del mismo modo. Podemos marcar el rumbo y establecer el destino, o bien permitir que otros lo hagan por nosotros. Si elegimos esta segunda opción, después no tenemos ningún derecho a quejarnos.

La felicidad no viene de fuera, no nos la dan los demás, no depende del momento, de las circunstancias o de lo que hagamos.

La felicidad sale del interior de la persona, es una elección personal en la que esa parte de nuestra mente que nos lleva en piloto automático, nuestro subconsciente, juega un papel clave.

Para vivir feliz, tu subconsciente tiene que estar programado adecuadamente, igual que lo tiene que estar para tener autoestima, para confiar ti mismo, para tener determinación, constancia o seguridad en las decisiones que tomas.

Para vivir feliz, tu pasado no puede condicionarte en el presente, por lo que el per-dón y la aceptación adquieren una relevancia especial.

Para vivir feliz, debes respetar el libre albedrío de cada persona para elegir su ca-mino y tomar sus propias decisiones.

Para vivir feliz debes liberarte de los apegos y fluir persiguiendo tus sueños.

La coherencia y la congruencia son dos piezas sobre las que se articula la armo-nía y la paz interior que dan paso a la felicidad.

Tus pensamientos, sentimientos, acciones y palabras deben moverse como si bai-laran en total armonía.
Si realmente deseas ser feliz, he de decirte que lo tienes todo para serlo, ya que no hay nada fuera de ti que te lo pueda impedir.

Dale las órdenes adecuadas a tu subconsciente para que te lleve en automático a ver la vida a través de los colores de la felicidad.

Para lograrlo, quizás debas liberarte de alguna que otra memoria que has ido acumulando y, por supuesto, ponerte algunas creencias que te lancen al estrellato de la felicidad.

Afortunadamente, no es tan difícil como la mayoría cree. Es por ello que, cada vez somos más los que elegimos ser felices y disfrutar de ese estado de paz y armonía interior.

En este momento tan especial del año, en el que nos planteamos metas para el año que está a punto de iniciarse, ¿por qué no incluyes en tus objetivos el ser realmente feliz?

 

Ricardo Eiriz
Creador de Método INTEGRA®
Embajador de la Paz y la Buena Voluntad de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) ante la UNESCO