LINDA JAQUELINE CARRERA BARRENO, Facilitadora e Instructora de Método INTEGRA.

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Recibí la llamada del padre de Emiliano, ya que su terapeuta le había recomendado que Emili-ano hiciera sesiones conmigo.

Su hijo, de apenas 10 años, tenía problemas para dormir, le asustaba mucho la noche, cami-nar o estar en su cuarto solo, le daba mucho miedo, tenía pesadillas recurrentes de que su familia era asesinada.

Ni los padres ni el niño tenían un sueño reparador. Todas las noches tenían que acompañarlo a dormir a su cuarto y apenas se despertaba corría donde ellos. Así que empecé a realizar sesiones online con el niño.

En cada sesión me encantaba escucharlo cuando me decía “real-mente me siento mucho mejor”, y terminaba feliz. En la última sesión me dijo, con una sonrisa de oreja a oreja y saltando de felicidad: “por fin voy a poder invitar a mis amigos para que se queden a dormir en mi cuarto”.

Esta nota me envió su mamá: “Estoy muy contenta de la evolución de mi hijo, quien por mu-cho tiempo no podía dormir solo en su cuarto porque tenía miedo nocturno. Mi esposo y yo estábamos preocupados porque está por cumplir 10 años y no había forma de que duerma solo y se mantenga en su cuarto. Me refirieron a Linda y gracias a Dios el problema se termi-nó. Luego de la terapia, mi hijo duerme en su cuarto y está feliz porque se siente seguro de sí mismo; terminó su miedo nocturno. Sin duda, recomiendo el Método INTEGRA.”

Como psicóloga, he tenido la oportunidad de trabajar con algunos niños y siempre sugiero que también trabajen sus padres. La verdad, cuando lo hacemos de ese modo se nota la transformación, no solo a nivel personal en el niño, sino de todo el grupo familiar, muy pode-rosa.

Si antes estaba feliz con los resultados realizando los procesos de Método INTEGRA usando los protocolos hasta el nivel 2, imaginen cómo estoy ahora que tengo la dicha de trabajar con toda la transformación que aporta el nivel 3, que sin duda alguna está súper potente.

 

FOBIA A LAS INYECCIONES

Un día recibí la llamada de Mario. Una persona de confianza le había referido mi nombre, y me contó que llevaba 20 años con fobia a las agujas, que se transformaba si veía que alguien se le acercaba con una aguja, y que por más que había intentado eliminar la fobia con varias herramientas psicológicas y hasta hipnosis, seguía con lo mismo.

Estaba preocupado porque tenía un problema de salud y le habían tenido que sedar para ponerle las inyecciones que requería.

Le explique cómo trabajaba con el Método Integra y al final dice: Linda, le soy sincero, no creo que lo que usted me vaya a hacer tenga ningún resultado positivo, pero no pierdo nada probando.

Al escucharlo sonreí y le dije que estaba bien que no creyera, que yo no estaba para conven-cerlo, que quien no creía era su mente consciente basado en todas sus creencias y experien-cias. Y que viéramos qué pasaba después de todo el proceso.

Para el día de la sesión le pedí que llevase una jeringa y así poder revisar en ese momento si tocaba reforzar algo, pero se olvidó de llevarla, así que le sugerí que en los próximos días fue-ra a inyectarse alguna vitamina como modo de verificar qué pasaba con su fobia.

Terminado el proceso me indica que se siente tranquilo y lo que le parece extraño en él es que se estaba imaginando como sería ir a inyectarse. Y antes de despedirse me dice: “si dejo de tener la fobia le prometo que le pago el doble de lo que he pagado”. Yo me reí y nos des-pedimos.

Al año siguiente recibo un mensaje de él contándome que luego de nuestras sesiones del Método INTEGRA nunca se inyectó, y que en esos días tuvo que hacerlo pero que no sabía si aún tenía fobia. Al hacerlo, se quedó gratamente sorprendido al estar tranquilo e inyectarse sin problema alguno. “La llamaba para contarle que ya no tengo fobia y como soy un hombre de palabra, quiero cumplir mi promesa”, así que recibí una bonificación inesperada.

Me siento muy bendecida al tener en mi vida esta maravillosa herramienta que nos lleva a cambiar totalmente el rumbo de nuestras vidas.