Linda J. Carrera, Instructora y Facilitadora de Nivel 3 de Método INTEGRA®
Durante la mitad de mi vida, he estado aprendiendo y utilizando diversas herramientas como la psicología transpersonal, las Constelaciones Familiares, la PNL y muchas otras más. Durante aproximadamente 14 años, me he desempeñado como Consteladora Familiar, y considero que este trabajo involucra procesos hermosos y profundos, aunque también conlleva conectar con el dolor.
Recuerdo una vez, hace muchos años, en uno de mis talleres, un hombre se acercó a mí. Era su primera vez en mis sesiones y me comentó: “Linda, es un trabajo hermoso y profundo, pero ¿no sería mejor trabajar desde la alegría en lugar del dolor?”. En aquel entonces, mi respuesta fue negativa, ya que creía firmemente que era imposible utilizar una herramienta que no estuviera conectada con el dolor.
Sin embargo, en diciembre de 2017, descubrí un camino diferente, lejos del dolor, para trabajar en la consecución de objetivos. Tuve la fortuna de conocer Método INTEGRA y aprender con Ricardo Eiriz, lo cual resultó ser una de las mejores inversiones que he realizado en mi vida. Desde entonces, he participado en cada uno de sus cursos y talleres, los cuales me han ayudado a transformar muchas creencias, emociones y acciones, haciéndome sentir una mejor persona en todos los aspectos. Ahora me siento empoderada y consciente de que tengo en mis manos una hermosa y poderosa herramienta para transformar vidas y aliviar el sufrimiento de muchas personas que se acercan a mí en busca de cambios positivos en sus vidas.
Honro cada uno de esos aprendizajes y experiencias, ya que cada uno de ellos ha contribuido y sigue contribuyendo a lo que soy ahora. Me siento profundamente honrada de ser facilitadora e instructora del Método INTEGRA, donde disfruto viendo cómo las personas, a través de esta metodología que no involucra procesos dolorosos, van modificando sus conductas.
Me encanta presenciar los cambios en cada una de las sesiones que tengo con mis clientes. Incluso aquellos que eran más incrédulos reconocen sus transformaciones, a pesar de no creer o tener fe en la metodología.
Recuerdo a un cliente que deseaba trabajar en su adicción al alcohol. Al finalizar todo su proceso, me preguntó si yo deseaba una copa de vino. Le respondí que sí, ya que además de disfrutar de esa copa, podría darme cuenta si necesitaba algún refuerzo en lo trabajado. Él descorchó la botella, percibió su aroma y le pregunté si deseaba tomar una copa. Su respuesta fue un rotundo “no”. Un par de meses después, volvimos a hablar y me comentó que ya no le interesaba beber nada y que muchos otros pensamientos dañinos en su vida también habían desaparecido. Me confesó que no creía que las sesiones, en las cuales utilizábamos el imán y repetíamos frases, fueran a funcionar. Sin embargo, al darse cuenta de que había alcanzado su objetivo y de que todo había cambiado, se dio cuenta de que realmente funcionó, a pesar de su incredulidad.
Podría contar varias historias sobre clientes que han superado fobias, disfunciones eréctiles, pensamientos suicidas, y que han vuelto a amar su vida, a creer en sí mismos y a sentirse merecedores de disfrutarla de una manera diferente.
Actualmente, puedo afirmar que la gran mayoría de mis clientes son atendidos con el Método INTEGRA. Continúo en este maravilloso camino de vida, siendo el puente para muchas personas que desean experimentar un cambio profundo y permanente en sus vidas, de la mano de esta maravillosa herramienta que nos brinda el Método INTEGRA.
Siempre me he sentido bendecida por las numerosas experiencias que he vivido y por las personas que he conocido. Sin lugar a dudas, una de esas personas valiosas es Ricardo Eiriz. No solo lo considero el creador de esta valiosa metodología, sino que también lo considero un amigo a quien admiro por su coherencia, su amor, su pasión, su entrega y su servicio para que más personas podamos sentirnos merecedoras de vivir una vida plena, llena de amor, paz y bienestar.
No puedo dejar de agradecer a sus padres por haber decidido decir “sí” a su vida. Les envío un abrazo del alma por permitirnos ser parte de su gran sueño de “transformar vidas”.
Desde lo más profundo de mi corazón.
Linda Carrera
Coach, Ecuador – residente en Estados Unidos
