Seguro que te ha sucedido en alguna ocasión que, de un modo totalmente instintivo y sin usar el razonamiento, has sabido que algo iba a suceder, que algo iba mal, o que el mejor camino a seguir era uno en concreto.
Intuición, presentimiento, sexto sentido, corazonada, instinto, … llámalo como quieras. Estamos hablando de lo mismo, de esa capacidad para comprender, saber o percibir algo de forma inmediata y clara sin la intervención de la razón.
Hay quien podría pensar que se trata de magia o de los efectos de un embrujo, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de una capacidad innata en las personas, que proviene de la conexión con nuestra alma.
Desde hace muchos años me dedico al desarrollo de nuestras capacidades a través de la mente y, en particular, del subconsciente. Ese camino de investigación, desarrollo y experimentación me ha llevado a comprender que el subconsciente y el alma son la misma cosa.
Vamos por la vida actuando y tomando decisiones sin pensar, en automático, por obra y arte de nuestro subconsciente, sin ni siquiera hacernos conscientes de la mayoría de nuestras acciones y decisiones.
En cambio, hay momentos en los que antes de actuar tomamos consciencia del camino que más nos conviene, y lo hacemos de forma abrupta, sin saber cómo ni por qué. ¿De dónde proviene esa intuición? Lógicamente, de nuestro subconsciente/alma, que logra hacernos conscientes de una información que ya teníamos, pero que no sabíamos.
Esos momentos de lucidez inspiradora nos permiten hacer conexión consciente con la evaluación que nuestro subconsciente hace de la experiencia que estamos viviendo. Esta afirmación es corroborada desde el Centro para el estudio de la Intuición de Stanford, donde indican que la intuición forma parte de nuestro inconsciente adaptativo, el cual se nutre de todas las experiencias que vivimos.
El camino del desarrollo de la intuición pasa por la pureza en la conexión con nuestra alma, por desprendernos de todas aquellas memorias que nos mantienen en niveles de conciencia bajos, y por permitirnos escuchar con apertura de mente y total humildad nuestra voz interior. Afortunadamente, el desarrollo de la intuición es algo que podemos hacer todos, sin excepción.
Pero entender el origen de la intuición abre ante nosotros una puerta realmente interesante, la de acceder a la información que nuestro subconsciente tiene no de forma espontánea, sino de forma consciente y controlada. Si sabemos obtener respuestas de nuestro subconsciente y sabemos cómo formular las preguntas de un modo correcto, podremos permanecer alineados con nuestra alma mucho más rápidamente. En este sentido, el test muscular puede convertirse en una herramienta valiosísima en tu vida.
La intuición nos muestra el camino para encontrar en nuestros actos la coherencia con nuestra alma, lo que desemboca en la conexión con un estado permanente de paz interior. Así que no pierdas el tiempo esperando que llegue de forma espontánea, asume tu responsabilidad y tu poder, y avanza con firmeza para vivir en coherencia.
Ricardo Eiriz
Creador de Método INTEGRA
Embajador de la Paz y la Buena Voluntad de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) ante la UNESCO