Tanto las moscas como las abejas forman parte de nuestra realidad, pero viven en mundos muy distintos.

Con independencia del entorno en el que se encuentren, las moscas tienen la habilidad de encontrar siempre una mierda en la que posarse.

En cambio, la habilidad de las abejas las lleva a encontrar la belleza y el néctar de las flores, incluso en los lugares más decadentes.

Entre las personas, podemos encontrar personas mosca y personas abeja.

Las personas moscas, incluso en los lugares más bellos, siempre ponen su atención en los defectos, los problemas y las dificultades. Son personas que se pasan la vida comparándose con los demás, siendo infelices cuando a los demás les va mejor que a ellos, o buscando culpables de sus males, sin asumir la responsabilidad que realmente tienen sobre su propia vida.

Por su parte, las personas abeja, por mal dadas que vengan las cartas, no pierden la ilusión y la esperanza. Conectan con la gratitud y el amor propio, sacando fuerzas y motivación de lo más profundo de su ser, para continuar avanzando.

Las personas abeja son positivas, confían en ellas mismas y en los demás, dan lo mejor de sí mismas en todo lo que hacen, y el rastro que dejan en su camino es siempre de amor.

Tener moscas alrededor es siempre molesto, y con facilidad nos lleva conectar con la incomodidad y el conflicto. Incluso a los más pacíficos se nos despierta en ocasiones ese instinto “asesino” con las moscas…

Las personas mosca nos drenan la energía y nos conectan con lo peor de nosotros mismos.

En cambio, las personas abeja nos ayudan a conectar con nuestra esencia y nuestra belleza interior, nos ayudan a superarnos y a dar lo mejor de lo que llevamos dentro.

Cuando hay abejas rondando es porque la belleza está cerca.

El libre albedrío con el que venimos a esta vida nos permite elegir el modo de vivirla, con autoestima o sin ella, con confianza y seguridad en nosotros mismos, o bien inseguros y dubitativos.

El libre albedrío es una puerta abierta a la realidad que cada uno elige vivir, y la llave maestra está en nuestro subconsciente.

La programación que tienes en tu subconsciente determina si vives como mosca o como abeja. Lo bueno es que si hasta ahora has vivido como mosca, reprogramando tu subconsciente puedes convertirte en abeja.

Personalmente elijo una y mil veces ser abeja… ¿y tú?

 

Ricardo Eiriz
Creador de Método INTEGRA®
Embajador de la Paz y la Buena Voluntad de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) ante la UNESCO