Por Yissel Huaman , instructora de Método INTEGRA


 

Llegue a Método INTEGRA como muchos, buscando encontrar esa paz y estabilidad emocional que no encontraba por ningún lado, guardaba en mi interior heridas emocionales de mi niñez, de mi divorcio, sumados a un estancamiento laboral, problemas económicos, de salud y el miedo a equivocarme una vez más, ahora en una nueva faceta, “como mamá”.

A medida que avanzaba aprendiendo la técnica, con el apoyo de Ricardo Eiriz, comprendí que todo lo vivido fue un aprendizaje. Desconectar el sentimiento de cada una de mis heridas emocionales o recuerdos dolorosos, que ahora llamo “vivencias”, me permitió dejar de ser la actriz que hacia el rol que le asignaban y convertirme en la escritora de mi propia vida.

Ahora puedo decir que disfruto mi vida y todo lo que he creado en ella, pero sobre todo vivo consciente de que cuento con la herramienta para transformar todo aquello que me limite en cualquier aspecto de mi vida.

Y si yo puedo hacerlo, cualquier persona con ganas de transformar su vida también puede. Es así como empecé mi camino como facilitador e instructor de Método INTEGRA, dando un acompañamiento en el proceso de transformación de las personas, y siendo testimonio de que puedes lograr tus metas y ser feliz en el proceso.

Uno de mis primeros casos fue mi hijo Yago, que había tenido retraso en el habla, lo que le complicó después para avanzar con lectura y escritura en la etapa pre-escolar. Al cursar el segundo grado de primaria su situación se complicó aún más ya que a pesar de tener profesores particulares para que lo apoyen con los estudios se sumó un tema de bullying. Estábamos a mediados de curso y los maestros ya habían decidido que lo mejor para mi pequeño era repetir el año, ya que según ellos era imposible tener el nivel óptimo para pasar de curso.

Así que decidí trabajarme a mí, para eliminar los miedos y la culpa de toda esta situación. Pero a la par trabajé varios temas con mi hijo, como disfrutar las clases, eliminar el miedo y la ansiedad de hablar y leer, maximizar la autoestima y sobre todo maximizar su amor propio.

Su actitud ante los estudios cambió en 180 grados, ya no era un castigo estudiar, su relación con sus compañeros de clase fue cordial y saludable, logrando alcanzar el nivel requerido pasar de año con todos sus compañeros. El 2020 su etapa escolar fue por zoom en casa, estaba alerta pensando que tal vez tendría algún inconveniente, pero lo hizo muy bien, superando el curso sin ningún problema. Este 2021 ya empezamos con las clases particulares de inglés para dominar otro idioma y seguir cosechando éxitos y logros.

No me cabe ninguna duda de que mi hijo hubiera repetido curso en segundo grado de no haber contado con Método INTEGRA para trabajarnos tanto él como yo. Para mí resulta evidente que una transformación como esta, en un momento clave del desarrollo de mi hijo, le va a permitir afrontar la vida de un modo totalmente distinto, disfrutando más plenamente del increíble y maravilloso ser que es.

 

Yago y Yissel